
Se cumple una década de la publicación de la Agenda 2030 por Naciones Unidas
Hacemos un balance de los principales logros conseguidos, así como de los fracasos y desafíos a los que se enfrenta.
El 25 de septiembre de 2015, Naciones Unidas lanzó la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible, un plan de acción a favor de las personas, el planeta y la prosperidad, con la intención también de fortalecer la paz universal y el acceso a la justicia.
La Agenda 2030 se concreta en 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (conocidos como ODS) que, a su vez, plantean 169 metas para el año 2030.
En estos 10 años se han alcanzado varios logros importantes:
- Ha sido la propuesta más contundente de la comunidad internacional en décadas. En concreto, 193 líderes mundiales firmaron su adhesión y se comprometieron a impulsar la Agenda 2030 para un futuro sostenible.
- Ha proporcionado un marco de referencia universal, una hoja de ruta común que establece prioridades a todos los niveles, desde gobiernos hasta empresas y la sociedad civil.
- La publicación e implantación de la Agenda 2030 ha permitido aumentar la conciencia sobre desafíos globales como el hambre, la pobreza, la emergencia climática, las desigualdades sociales, la pérdida de biodiversidad, el acceso a servicios básicos, etc.
Por el contrario, una década después del nacimiento de este compromiso global, solo el 17% de sus metas están cerca de cumplirse. Varios factores han conducido a esta situación, entre ellos:
- Falta de financiación adecuada, especialmente para los países en desarrollo, que no han permitido implantar acciones y mejorar las condiciones de vida de millones de personas de las regiones más empobrecidas del mundo.
- Presiones de sectores con intereses particulares (industria armamentística, industria de combustibles fósiles, etc.) que han actuado de forma persistente para ralentizar las transformaciones más profundas.
- Resistencia de ciertos movimientos políticos que han criticado la iniciativa desde sus orígenes.
- Crisis globales, como la pandemia de COVID, diferentes conflictos geopolíticos y el aumento de la inflación, han profundizado las desigualdades, ralentizando el progreso.
Ante este panorama, es urgente reenfocar esfuerzos y acelerar la acción. Desde Baker Tilly consideramos fundamental que en los próximos años se trabaje en:
- Redirigir las estrategias y los esfuerzos para priorizar las metas más importantes y rezagadas.
- Fortalecer la cooperación internacional para movilizar recursos, especialmente para los países menos desarrollados.
- Acelerar la financiación para evitar un fracaso en el cumplimiento de la Agenda 2030.
- Impulsar la acción climática, para frenar las emisiones de gases de efecto invernadero.
- Reivindicar la importancia de la Agenda para el bienestar social y ambiental, contrarrestando la desinformación y el discurso de opciones más populistas.
El reto es enorme. Quedan 5 años, una gran oportunidad para contribuir a un mundo más justo, sostenible y democrático.
Si bien muchas organizaciones ya se han alineado con la Agenda 2030, estableciendo objetivos y acciones para contribuir a los ODS que están más relacionados con su actividad, otras todavía desconocen la Agenda o no han trabajado en su implantación.
Desde Baker Tilly animamos a que cada entidad, por pequeña que sea, reflexione sobre qué puede aportar a la Agenda 2030 y elabore un plan de sostenibilidad sencillo, realista y ambicioso que permita avanzar en su consecución.